viernes, 13 de mayo de 2016

Comida recalentada y sus peligros
Llevarse el tupper a la oficina es la opción más aplaudida para mantener una dieta y economía saludable. Pero cuidado con lo que pones en la tartera. Según el Consejo Europeo de Información para la Alimentación (EUFIC) recalentar algunos alimentos o almacenarlos de forma inapropiada resulta peligroso para el organismo.
Además este hecho se agrava ahora que sube el termómetro, la comida se convierte en el caldo de cultivo favorito para ciertas bacterias y las temidas infecciones alimentarias. “El rango de temperaturas entre 5ºC y 65ºC se conoce como la zona de peligro, ya que es en ese intervalo donde las bacterias se multiplican hasta alcanzar niveles inseguros”,.
Esos minutos que el preparado pasa “en tránsito” ponen en riesgo su integridad. “Cuanto más tiempo esté un alimento dentro del intervalo de peligro, mayor crecimiento de bacterias puede producirse y mayor probabilidad de que se produzca una toxiinfección alimentaria”,
Para tomarlo con seguridad debe estar bien cocinado en todas sus partes. “La salmonela es común en las aves y una cocción insuficiente incrementa el riesgo. La temperatura adecuada sería de 74º”, precisaba Jonathan E. Fielding, profesor de Salud Pública de la Universidad de California en una investigación respecto a esta bacteria.
Si como en la mayoría de los comedores de oficina la fórmula para calentar es un microondas, presta atención: estos aparatos no penetran por igual en todas las partes de la comida, algunas se calientan antes que otras. Para asegurarte de que su ingesta sea segura no deben quedar partes rosadas en la pieza.
Uno de los favoritos de la comida para llevar es un peligroso ingrediente si no se cocina de forma adecuada. El grano contiene esporas de bacterias que pueden provocar intoxicación. Aunque se hierva, pueden sobrevivir y una vez cocido, a temperatura ambiente se multiplican y al recalentarlo no mueren.
Toma como regla que cuanto más tiempo pasa el arroz a temperatura ambiente, más probabilidades hay de que desarrolle agentes tóxicos. Mejor tomar recién cocinado, pero si no es posible, se aconseja meterlo en el frigorífico lo antes posible (antes de una hora) y no dejar pasar más de 24 horas hasta su consumo. La intoxicación por este alimento puede provocar vómitos y diarrea.
Cuidado con los purés y guisos con el tubérculo. El riesgo de este alimento aparece en el proceso de almacenamiento. Si la patata se deja enfriar a temperatura ambiente puede desarrollar Clostridium botulinum. “Produce esporas que sobreviven en los alimentos mal conservados o mal enlatados, donde generan una toxina. Al ingerirla, incluso cantidades pequeñísimas de esta toxina pueden provocar intoxicación grave”, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. . Es crucial refrigerar el plato hasta su consumo. Notas del autor.
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miércoles, 11 de mayo de 2016

La importancia de las legumbres en una dieta saludable y equilibrada para personas mayores

11-05-2016

Las legumbres son un completo alimento también para las personas mayores porque juegan un papel importante en el control de patologías asociadas a la digestión, absorción de azúcares y grasas. Son además especialmente adecuadas para utilizar en las dietas de textura modificada y, al ser fuente de proteínas, ayudan a minimizar el riesgo de desnutrición.

Como ya se informó en estas mismas páginas, este año se celebra el Año Internacional de las Legumbres, una iniciativa auspiciada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (A/RES/68/231) que designó a la FAO para, entre otros aspectos, sensibilizar a la opinión pública sobre las ventajas nutricionales del consumo regular de estos alimentos. Aprovechando la efeméride, vamos a seguir hablando de las ventajas de este completo alimento, esta vez en relación a la alimentación de las personas mayores.

La familia de las leguminosas se compone de plantas que producen una vaina con semillas en su interior, lentejas, guisantes, garbanzos, habas, soja y maní… hay diferentes tipos y varían mucho en cuanto a sus propiedades nutricionales, apariencia, sabor y usos. A pesar de ello se puede decir que, en general, son una fuente de salud, con un aporte esencial de proteínas y aminoácidos vegetales que ayudan a combatir la obesidad y enfermedades como la diabetes, el cáncer o afecciones cardiovasculares.

Las legumbres aportan aproximadamente unas 200 Kcal por plato cocinado, es decir, si se sirviesen solas supondría una décima parte de las necesidades energéticas de referencia para un adulto; además son excepcionalmente ricas en proteínas y fibra.

Una taza de lentejas cocidas, por ejemplo, proporciona
– 18 gramos de proteína.
– 16 gramos de fibra.
– 40 gramos de hidratos de carbono.
– 37% de la dosis diaria recomendada de hierro.
– 90% de la dosis diaria recomendada de folato.
– 18% de la dosis diaria recomendada de magnesio.
– 21% de la dosis diaria recomendada de potasio.
– Más del 10% de la dosis diaria recomendada de vitaminas B1, B3, B5 y B6, fósforo, zinc, cobre y manganeso.

Las legumbres en la alimentación de las personas mayores

Las legumbres son particularmente ricas en fibras saludables, tales como almidón resistente y fibras solubles que pueden tener diversos efectos beneficiosos para la salud.

Tanto el almidón como las fibras solubles son también muy saciantes y pueden reducir la ingesta de alimentos. Además, son muy eficaces en la moderación de los niveles de azúcar en sangre después de las comidas y pueden mejorar la sensibilidad a la insulina.

Así mismo, las legumbres se han relacionado con otros beneficios para la salud tales como un menor riesgo de enfermedades del corazón y niveles de colesterol más bajos.

Por todo ello las legumbres incluidas en la dieta de las personas mayores, juegan un papel importante en el control de las patologías asociadas a la digestión, y absorción de azúcares y grasas, evitando así descompensaciones y patologías crónicas como son la diabetes, obesidad y desnutrición.

Al final del día, legumbres adecuadamente preparadas son muy saludables cuando se consumen como parte de una dieta equilibrada, basada en la comida real.

Es interesante también introducir las legumbres en dietas de disfagia para aquellas personas que necesitan una alimentación de fácil masticación y/o deglución. Al romperse las estructuras que forman las fibras y el almidón mediante la texturización se evita además la posible mala digestión ocasionada por las flatulencias y/o gases.

Es importante destacar también que el riesgo de desnutrición en la gente con edad avanzada es mayor que en el resto de población por la dificultad en la masticación, hecho que promueve la exclusión de algunos alimentos como la carne (fuente de proteínas). La introducción de las legumbres en éstas dietas, con las cocciones adecuadas, minimiza también este riesgo.

Por último cabe destacar también que las legumbres era un plato muy habitual hace años y nuestras abuelas y abuelos las consumían de manera regular. Eso hace también que las personas mayores tengan especial predilección por este alimento.

Guía actualizada con recomendaciones para la alimentación de niños entre 0 y 3 años

12-05-2016

La Agència de Salut Pública de Catalunya presentó ayer día 11 de mayo la actualización de la guía de Recomanacions per a l'alimentació en la primera infància -de 0 a 3 anys- (Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia), cuyo objetivo no es otro que el de mejorar la alimentación de los más pequeños y su desarrollo.

Las principales novedades respecto a la edición de 2009 son el calendario de incorporación de nuevos alimentos; la recomendación de respetar la sensación de hambre y saciedad de los niños; y la incorporación de algunos alimentos sólidos, aplastados o troceados según la edad.

La guía se ha renovado siguiendo la senda de las últimas evidencias científicas. El documento, que parte de unas consideraciones generales, desgrana posteriormente las recomendaciones en función de la edad. Incluye también un capítulo en el que se ofrecen diversos ejemplos de menús para escuelas infantiles y acaba con un apartado dedicado a la seguridad alimentaria y la higiene en la preparación de los alimentos.

Incorporación de nuevos alimentos

El documento señala que, hasta los seis meses, la leche materna (o en su caso la leche adaptada) cubre todas las necesidades energéticas y nutricionales del bebé; a partir de eses momento se pueden empezar a incorporar nuevos alimentos de forma progresiva.

Según las nuevas pautas, el orden de incorporación de estos nuevos alimentos no es algo especialmente importante ya que a partir del sexto mes se pueden ofrecer gradualmente hortalizas, farináceos, legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, frutos secos aplastados o molidos y aceite de oliva virgen. Según Maria Eugènia Ortolà, de la Sociedad Catalana de Pediatría, “la introducción muy estricta de alimentos estaba se justificaba por el riesgo de sufrir alergias y otras enfermedades alimentarias; no obstante, como no hay evidencia científica sobre la relación entre la introducción de alimentos con la aparición de alergias, actualmente se recomienda ser más flexible”.

En cuanto a los alimentos que configuran el segundo plato (carne, pescado y huevos), la guía subraya la importancia de limitar las cantidades a las necesidades nutricionales de los niños y niñas ya que actualmente se consumen en exceso, hecho que está asociado a un riesgo más elevado de desarrollo de obesidad infantil.

Introducción de nuevas texturas

La guía también aconseja no alargar mucho el tiempo de consumo de alimentos servidos de forma muy triturada. Se recomienda incorporar preparaciones diferentes que incorporen algunos elementos sólidos aplastados o troceados para permitir que el niño pueda comer de forma autónoma y empiece a disfrutar de los diferentes gustos, texturas, olores y colores de los alimentos.

Asímismo, la guía destaca que los adultos son los responsables de ofrecer una dieta variada y adaptada a la edad del niño pero que es éste el que debe decidir la cantidad ya que lo puede hacer gracias a sus propios mecanismos de autorregulación. La mejor manera de proporcionar la cantidad de alimento necesaria es respetando la sensación de hambre y saciedad del niño.

Respecto a las recomendaciones sobre seguridad e higiene alimentaria se destaca que los niños constituyen un grupo de población especialmente sensible por el hecho de que su sistema inmunitario es inmaduro y su peso inferior al de los adultos; estos dos hechos unidos hace que pequeñas cantidades de un producto alterado, sean suficientes para causar transtornos importantes en su estado de salud.

Esta guía se enmarca dentro de las actividades del programa PReME (Programa de revisión de menús escolares), puesto en marcha en 2006 por el Departament d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya, y en breve se publicará también en castellano.